Y sigo en autobús.
Esta vez el 59 lo cogemos al lado del ayuntamiento y nos deja al lado del pabellón dorado (tres paradas más y en Ryoanji.
Es un viaje interesante porque el bus deja el centro de Kyoto y en especial el Este y pasa por barrios más populares donde se ve realmente la vida de la ciudad.
Y para a cincuenta metros de KINKAKUJI (3+). Patrimonio de la Humanidad y es la foto de Kyoto. El edificio es bonito pero también lo son los jardines y los edificios de al lado. No hay millones de japoneses y se agradece. Hace sol (¡otro día sin llover!) y para el "enlucido" que lleva este templo, como que mejor.
Pues nada, las fotos:
la clásica:
y por el otro lado
Y los otros espacios:
Andando hacia el sur por la calle que justo pasa a la entrada del templo, se llega en quince minutos a Rioanji donde está el requetefamoso jardín seco, que es la otra foto famosa de Kyoto.Como es temprano, ha habido algún momento en los que he estado solo en el jardín y me he permitido el lujazo de poder meditar unos veinte minutos.
Hay quince piedras pero no todas se pueden ver a la vez, lo que también es muy inspirador.
Dogen decía que en el Universo no hay nada oculto... y añado, pero no todo se puede ver a la vez.
Hay algunas cosas más.
La inscripción de esta pila de agua decía: "Sólo estoy hecha para contener".
Salimos de Rioanji, cogemos el 59 hasta el final (dirección sur), vemos Dankiakuji (+) al otro lado del lago y cambiamos al 11 (que es donde empieza) que nos lleva a la zona de ARASHIYAMA, el bus para justo en la entrada de TENRYU-JI (3+). Es el "Templo del Dragón Celestial"
Es una de las grandes maravillas de Kyoto (aunque no salga en los folletos). No es tan espectacular como los anteriores, especialmente Kinkakuji, pero es un sitio donde te puedes parar, sentarse, meditar y sentir el despliegue de la belleza, de la inspiración original que ha creado estos espacios.
Y claro, por algo sería, resulta que el fundador es el gran maestro Zen Muso Soseki (el escritor de Dialogos del Sueño), además diseñó el jardín y está ahí, sigue ahí, pura inspiración, como sus palabras en el momento del despertar:Durante años he cavado la tierra
tratando de descubrir el cielo azul,
sin saber que me alejaba cada vez más de él.
Esta noche, al caerme junto a las piedras y las tejas,
he quebrado sin dificultad los huesos del vacío.
Está considerado como el templo más importante de los que se conocen como las Cinco Montañas Zen de Kyoto.
Nos quedamos hasta que, literalmente, nos echaron.
Nos dimos un paseo por el bosque de bambús de Arashyama hasta una ermita sintoísta en el centro del bosque que es donde las chicas llevan sus peticiones amorosas (lo sabemos porque lo vimos, no porque lo leyéramos)...
No hay comentarios:
Publicar un comentario