14.1 YAMANAKA ONSEN

Antes de ir a Eiheiji nos vamos a regalar un par de días por aquí.
El primero es vistar un ONSEN o establecimientos de aguas termales.
Vamos a KAGAONSEN donde hay cuatro zonas de balnearios. Todo esto está en la prefectura de Ishikawa (que está al lado de la de Fukui) y a cuarenta minutos de Fukui.
Nos decidimos por YAMANAKA por todo lo que hemos leído de que si el poeta Basho pasó por ahí, que si los baños tienen más de mil años. Bueno, el sitio parece romántico.

Vamos en tren de Fukui a Kagaonsen (hay que aprenderse los palotes para acertar). En la estación está la oficina de turismo (no hablan inglés) y conseguimos los horarios de buses e información de los balnearios. La verdad es que no hizo falta hablar mucho porque en el momento que llegas con pinta de no ser de allí (se nota mucho, oye) ya tienen preparados los folletos porque, definitivamente, si estás allí es para ir a esos sitios. O sea, fácil.

A la salida de la estación en la parada 2, está el autobús.
Entras (por el centro del mismo), hay una caja que te da un papelito con un número (es el de la parada), creo que es el 4, y cuando llegas a Yamanaka ves en una pantalla el precio que tienen que pagar los de tu número. Coges el papelito y las pelas y las metes en una especie de hucha y pa fuera.

Bañarse en un onsen. Es una gozada.
Técnica. Agénciate una toalla pequeña. Se entra en bolas, tapándose los genitales con la toalla. Coge un banquito y colócalo donde hay unas duchas. Lavas el banquito. Te sientas. Te mojas. Pones la toalla sobre el muslo y le das jabón y con la toalla enjabonada te enjabonas. Te aclaras bien. Aclaras bien la toalla. Te levantas, limpias el banquito y bien aclarado te metes en el onsen dejando la toallita sobre la cabeza y te mueres (de gusto).

El de Yamanaka es realmente especial. Está en el puro centro del pueblo y la gente que vas a encontrar son los de la zona, auténtico.

Sales del onsen y hay una calle comercial nada agobiante. Al final de esta calle baja un camino que da al puente KOROGI-BASHI (2+)


Lo cruzas y a la derecha una carretera te lleva hasta un enorme y espectacular cedro que dicen los folletos que tiene 2500 años (muchos me parecen). Se tarda veinte minutos en llegar, pero merece la pena. Es el gran cedro de Mitsumata (2+).


Vuelves por donde has ido (si has ido) y desde el puente, por el margen derecho del río se inicia un sendero, el KAKUSENKEI (3+).



Es un delirio.
Aquí Basho (que está presente en todo en este pueblo) escribió que andando por esos sitios había descubierto el valor de peregrinar andando y lo comparto, totalmente.

El Camino termina, cruzas el río y te deja justo al lado de la parada del autobús. Si quieres comer algo las cuatro cosas que hay en el cafe Basho (¡como no!) que está cerca de la parada del autobús, están bien.

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